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lunes, 28 de septiembre de 2015

El barco de Oseberg


El barco de Oseberg es el navío más lujoso hallado. En agosto de 1903 el profesor Gabriel Gustafson de la Universidad de Oslo, recibió la visita del granjero Knut Rom quién le notificó que debajo de un túmulo de su propiedad había lo que parecía ser un barco. Dos días después el arqueólogo se trasladó al lugar e identificó lo que parecía ser una nave funeraria vikinga; sin embargo debido a la cercanía del invierno no pudo comenzar la excavación, así que solo cubrió el túmulo y durante el invierno buscó recursos para su financiación.

Para el verano de 1904 los trabajos comenzaron bajo una enorme expectación. La excavación duro tres meses y sacó a luz un barco profusamente decorado de 21-5 metros de eslora por 6.5 de manga, que contenía una cámara  funeraria con dos restos de mujeres tendidas en camas. El carecer de metales mostraba que había sido profanada aunque contenía objetos de madera, textiles y ofrendas, logrando rescatar cinco camas, cuatro trineos, varias vestimentas, zapatos y peines, así como artículos de navegación, agricultura y cocina.

También se hallaron animales sacrificados, tales como caballos, seis perros y dos vacas. El barco se desarmó y estaba constituido en su totalidad con roble y se dató en inicio de la construcción en 820 y en 834 la cámara funeraria, fecha supuesta de la muerte de las dos mujeres.

Los vikingos no tenían un rito único de enterramiento, todo dependía del lugar que ocupaban en la sociedad los fallecidos; la cremación y la inhumación era lo más común y en ambos casos tanto las cenizas como el cuerpo se colocaban en tumbas personalizadas. Los barcos funerarios son los que más llaman la atención ya que se introducía al fallecido junto con sus ofrendas para después enterrar el barco. Todo parece indicar que el barco de Oseberg fue expresamente construido como tumba, ya que no existen muestras de uso en ninguno de sus remos. Su restauración tardó veintiún años, reconstruyéndose el 90% con el roble original y bajo un procedimiento químico. En 1926 se trasladó con mucho cuidado en un ferrocarril expresamente habilitado para ello, al Museo de Barcos Vikingos, en Oslo.

Durante mucho tiempo se consideró que había sido reconstruido  fielmente. Sin embargo, cuando se realizó una réplica en 1987 y se quiso comprobar su navegación, éste se hundió el mismo día. Después de una exhaustiva investigación, se determinó que la nave original era más ancha tanto en la proa como debajo de la línea de flotación. Hoy en día se está trabajando en una nueva réplica que ya ha sido probada con éxito en un tanque de pruebas.

Sin embargo el mayor misterio del barco radica en sus tripulantes. El origen de las dos mujeres sigue generando dudas a los especialistas, ya que el origen y rol social de ellas son una incógnita.  Según pruebas recientes, la mujer más grande tenía entre setenta y ochenta año y probablemente murió de cáncer. Su compañera tenía aproximadamente cincuenta años y no se sabe de qué murió; pero lo que sí se conoce es que por su estructura ósea haya sido de la región del mar Negro y todo indica que tenía un status social alto. Pero la conexión entre ambas no es clara.

Algunas hipótesis apuntan a que eran familiares, pero el pésimo estado de los huesos de la anciana impiden hacer estudios genéticos. Otra posibilidad apunta a que la más joven era esclava de la anciana y fue sacrificada unto a ésta, práctica común en los vikingos. Algunos sostienen que ambas eran hechiceras o sacerdotisas. Y la más aventurada apunta a que la mayor era Asa, abuela de Harold I, rey de Noruega.


Lo único seguro es que alguna de las dos pertenecía a un rango elevado, ya que los vikingos solían ubicar barcos funerarios cerca de núcleos de poder.