Matin Bormann fue el poderoso
jefe de la Cancillería durante el Tercer Reich y secretario personal de Hitler.
El 1 de mayo de 1945, un día después de la muerte de Hitler, salió del bunker junto con Artur Axmann, líder
de las Juventudes Nazis y un médico de la SS llamado Ludwig Stumpfegger. Axmann
se separó de ellos y cuando regresó vio lo cadáveres de Bormann y Stumpfegger
pero no pudo hacer nada. Estando en Baviera, fue detenido y contó lo del cadáver
de Bormann, pero nadie le creyó. Sumémosle que su cuerpo no fue hallado y el
chofer de Bormann insistió que lo había visto en Munich.
Sin confirmase su muerte, Bormann
fue condenado en ausencia durante los juicios de Nuremberg por genocidio, ya
que los decretos de la Solución Final llevaban su firma. El hecho de que se
desconociera su paradero fomentó todo tipo de especulaciones tales como que la Unión
Soviética lo tenía, y éstos decían lo mismo de los Estados Unidos.
En 1965 un empleado de correos
declaró que había enterrado dos cuerpos cerca de donde se había visto a Bormann
por última vez, pero al excavar no se halló ningún cuerpo. Las especulaciones
siguieron ya que se afirmaba haberlo visto en Sudamérica, y cuando el
periodista inglés Antony Terry publicó en el Sunday Times que existía la organización
Odessa y que su mayor logro era haber sacado a Bormann y desaparecerlo, el
misterio cobró más auge. Pese a ello, para 1974 la República Federal Alemana dio
carpetazo al asunto.
En 1973, durante la construcción
de unos edificios en Berlín, se hallaron unos restos, entre ellos se
identificaron los de Bormann por su registro dental; las pruebas de ADN en 1998
pusieron punto final al asunto: Martin Bromann se suicidó tomando capsulas de
cianuro ese mayo de 1945.
No hay comentarios:
Publicar un comentario